miércoles, 24 de octubre de 2007

PROPAGANDA Y PUBLICIDAD

(ESCRITO EL 7 DE MAYO DE 2007)

En estos últimos días las calles de nuestras ciudades y las carreteras que dan acceso a ellas se han llenado de carteles publicitarios de los partidos políticos mayoritarios existentes en España. La próxima campaña electoral no ha empezado, pero los partidos que cuentan con más medios se permiten avanzar su inicio saltándose las normas que la regulan por la vía de publicitar sus propias excelencias sin incluir en sus frases hechas ninguna referencia a la votación que se llevará a cabo el próximo día 27.

Estos hechos me dan pie para realizar algunas consideraciones en torno a la publicidad y la política. Se dice que la publicidad ha existido siempre. Esta afirmación no es más que una tergiversación interesada de los agentes económicos que utilizan la publicidad única y exclusivamente para vender sus productos. Desde la Antigüedad hasta el siglo XVIII los comerciantes anunciaban sus productos en la medida de sus posibilidades con el fin de realizar la mayor cantidad de ventas posible, pero no se orquestaban auténticas campañas publicitarias, como en la actualidad, con el único fin del enriquecimiento de quien o quienes han promovido tal campaña para hacer rentable cualquier tipo de producto, servicio o empresa.

Lo único que en este ámbito sí ha existido siempre es la propaganda, término que hace referencia a las acciones llevadas a cabo con el fin de adherir a una determinada corriente política o religiosa al mayor número de personas posible. Un buen ejemplo de ello es que la Iglesia Católica fundó en 1622 la Congregación “Propaganda Fide” con la doble finalidad de difundir el cristianismo en las zonas en las que aún no había llegado el anuncio cristiano y defender el patrimonio de la fe en los lugares en donde la herejía había puesto en discusión el carácter genuino de la fe.

La publicidad es un invento del siglo XVIII desarrollado, como casi todos los elementos en que se basa nuestra actual sociedad, en el siglo XIX. Su desarrollo se produce con la única finalidad de vender, con el exclusivo objetivo de obtener ganancias económicas, utilizando y desarrollando los antiguos métodos de la propaganda para adherir al producto al mayor número de personas posible y ofreciendo a cambio de dinero algo necesario o innecesario, que posea alguna cualidad o que carezca de ella.

Hoy, uno de los graves problemas que nos atenazan es que la propaganda política se ha convertido en publicidad, es decir, parece que a cambio de ese voto reclamado en exclusiva por un gran rostro y una breve frase, que no por una ideología, un proyecto o una previsión de futuro, se nos ofrece un pequeño bienestar, tan corto como las eficientes frases publicitarias de los carteles, que pronto se marchitará para reclamar en su lugar un nuevo y pequeño bienestar al que podremos acceder en la siguiente votación.

No hay comentarios: